El estilo de una persona se basa en el aspecto estético externo que se percibe a través de los sentidos. Lo definen todos los elementos de la imagen externa como el maquillaje, el peinado, el vestuario y los complementos.
El estilo no es neutral, ya que es la imagen que queremos dar de nosotros mismos y de nuestro estilo de vida. Es una forma de expresión y de mostrar la identidad propia. El estilo se va creando poco a poco conectado al autoconocimiento del individuo.
La personalización de un outfit se forma mediante la mezcla de tejidos, colores, líneas, complementos; estos son muy importantes ya que potencian un look y ayudan a crear un estilo propio.
Surgen los estilos de vestir básicos que poseen determinadas características propias. Se clasifican en el estilo natural o casual, romántico, clásico, glamour, dramático y creativo.
El estilo natural o casual se resume en comodidad, líneas suaves y poco maquillaje.
Estilo casual
El estilo romántico se basa en prendas femeninas, líneas suaves y se destacan los labios.
Estilos románticos
El look clásico lo determinan las prendas de diseño, las líneas limpias y el maquillaje discreto.
Estilo clásico
El estilo glamour se basa en marcar las líneas femeninas, el cabello suelto y maquillaje en ojos, labios y pómulos.
Estilo glamour
El look dramático se muestra con prendas atrevidas, colores oscuros y ojos y labios de colores intensos.
Estilo dramático
Por último el estilo creativo se basa en mezclar prendas originales y el uso de colores y estampados.
Estilo creativo
Los estilos de vestir no pasan de moda pero si recogen nuevos matices de las temporadas. Una persona no suele expresarse con un sólo estilo, sino que suele mezclar algunos. Además los estilos que se eligen están muy relacionados con la forma de vida del individuo. A partir de los estilos básicos, surgen nuevos estilos como el look bohemio, el disco, el militar o el punk.
My other self through the mirror 